Es realmente importante incidir en la necesidad de estar alerta a aquellas señales que son variaciones de la normalidad en el desarrollo.
Cuando las observemos o sospechemos que el niño presenta algunas dificultades es prioritario consultar con un profesional que nos oriente.
El detectar precozmente las necesidades de un niño a través de la evaluación de sus capacidades y habilidades incide directamente sobre el pronóstico de su desarrollo de forma positiva.
Se debe principalmente a la plasticidad cerebral, que se define como la “capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse, como resultado de la experiencia” y hace referencia a la capacidad para aprender y mejorar nuestras habilidades cognitivas.
La plasticidad cerebral es mayor durante los primeros años de vida, y posteriormente se va reduciendo con la edad. No es infinita y se asocia a periodos concretos. Esto quiere decir que, si una habilidad no se adquiere en el momento óptimo de madurez cerebral, después es mucho más difícil aprenderlo y a veces, a pesar del esfuerzo no llega a adquirirse.
Aunque hasta los 6 años todas las habilidades y capacidades están en desarrollo, es a partir de esa edad y hasta los 10 años cuando gracias a la plasticidad cerebral cualquier intervención que se realice se torna rápida y eficaz.
Es por esto, que si cualquier persona en contacto con el niño, ya sea familiar, profesores o profesionales sanitarios detectan signos o síntomas que puedan resultar sospechosos, lo mejor es consultar con los profesionales adecuados, en lugar de esperar a ver si los problemas se solucionan con el paso del tiempo.
Los síntomas o signos que dan lugar a sospecha pueden observarse en la inteligencia, en el lenguaje y la comunicación, en el área motora, visual o auditiva. Así como en la adquisición de los primeros aprendizajes como la lectoescritura, los conceptos matemáticos, etc.
Asimismo, tampoco podemos obviar las dificultades que observamos en el ámbito de las habilidades sociales.
Por tanto, la detección y atención precoz de los problemas que observemos en el desarrollo del niño incrementarán las probabilidades de mejora de sus capacidades, ya que tras la evaluación del niño se diseñará y llevará a cabo un programa de intervención específico que se aplicará tempranamente consiguiéndose los mejores resultados posibles.